Para este tomo de Valentina es válido
todo lo dicho para el Volumen 2, su marcado estilo Pop, propio de
aquellos años, el gusto por lo onírico, con unas historias mucho
más cercanas a la pesadilla que a la realidad y un personaje,
Valentina, perfectamente descrito, con sus contradicciones, su
sensualidad, su estilo, que como ya comenté muestra una mujer
decididamente activa, rompiendo con la imagen ñoña de las mujeres
en el cómic americano.
En esté tomo se encuentra la primera
historieta en que apareció como personaje secundario en una
historieta de Philip Rembrant, alias Neutrón, un misterioso
personaje, donde actuá de cicerone y se trasforma en su amante.
Apareció en la revista italiana Linus en 1965.
A esta primera historia, la acompañan
unas historietas posteriores, donde se muestran la infancia y una
especie de biografía, además de una serie de historias ligadas a
unos misteriosos habitantes de las profundidades de la tierra.
Es un libro hijo de su tiempo, los
personajes están cultivados, están a la última en arte, en el cine
de arte y ensayo, en la literatura... un mundo donde se aprecia el
conocimiento tanto como la belleza. En sus historias, el el texto,
hay continuas referencias a libros, pintores, artistas, filósofos...
empezando por el nombre del amante de Valentina, pero muchas de sus
viñetas son guiños claros a obras determinadas de arte, como puede
verse en los dos ejemplos que pongo debajo, una a “Las tres
gracias” de Rubens y la otra al “Guernica” de Picasso (en este
caso para ilustrar la destrucción de una ciudad), o, incluso, con
páginas completas dedicadas, como el último ejemplo que pongo.
Como en el caso anterior, merece la
pena recuperar este monumento del cómic.
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