La tercera parte de la trilogía
“Millenium”, de Stieg Larsson. Poco más se puede decir a lo
dicho en las otras dos. En este caso, la historia no es tan buena,
en pocas palabras, es contar el final de “La chica que soñaba con
una cerilla y un bidón de gasolina” a lo largo de más de 800
paginas, se dedica a ir enredando y enredando la madeja,
introduciendo más y más personajes, multiplicando indefinidamente
encuentros entre unos y otros, unos se espían a los otros, otros a
los unos, un tercero que espía a los dos y al mismo tiempo es
seguido por... Se introducen personajes que de repente toman un gran
protagonismo, y sin dar explicación ninguna se los saca de la
historia, para colmo, lo que les ha ocurrido, no aporta nada a la
historia, En resumidas cuentas, durante las 800 pag. no aporta nada
nuevo, siempre estamos en el libro II. Para colmo, para que el numero
de páginas crezca, aparecen historias paralelas, que nadie sabe que
tienen que ver con el asunto. El autor va sacando un cabo, otro,
aunque al final la historia es más sencilla, te das cuenta de le
sobra más de la mitas, está llena de paja Un libro literariamente
flojo, si se puede terminar de leer, es por la agilidad de las
historias, se pasan con facilidad las paginas, no cansa, no pide nada
por parte del lector. Pura literatura de evasión sin la gran calidad
de los grandes maestros de la novela negra.
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