¿Qué es el pudor?, está
claro que es una idea muy empleada por las religiones que reniegan
del cuerpo. No es de extrañar, al fin y al cabo el pudor es una
vergüenza del cuerpo, el pudor es intentar ocultar a nuestro cuerpo
de la vista de los demás, si plantemos al ser humano como un alma o
un espíritu “encerrado” en un cuerpo, que afortunadamente
abandonaremos el día del juicio final, está claro que tenderemos a
ocultar nuestra piel. Una buena prueba de lo dicho la tenemos con el
gurkha en Afganistán, el pudor llega hasta tal punto de exigir la
ocultación total del cuerpo.
¿Qué no es el pudor?:
evidentemente no es una idea natural, no procede de la naturaleza, el
pudor no nace en nosotros por el hecho de ser humanos. En primer
lugar, el pudor no existe en el Reino Animal, ningún ser vivo siente
pudor, no es un sentimiento instintivo. ¿Es humano?, para que fuera
algo inherente al ser humano, para que el pudor se produzca por el
hecho de ser humano, si el pudor surgiera de nosotros, tendría que
ser universal.
Quien sabe algo de
antropología sabe que existen culturas donde no existe el pudor al
desnudo, de hecho, en la misma Europa, en la antigüedad clásica, el
desnudo no causaba pudor.
Entonces, ¿cómo es que
sentimos pudor?. Los sentimientos y las ideas de los seres humanos no
solo proceden de su naturaleza, también proceden de su entorno
cultural, son aprendidas en la familia, en el trato con los demás.
Es dentro de este entorno donde el pudor encaja perfectamente.
Si el pudor fuera
intrínseco al ser humano, lo sentiríamos todos por igual. Pero no
es así, depende claramente de la cultura, en ciertas tribus el
pudor no existe o no existía hasta que los misioneros lo han
enseñado. Por contra, en otras culturas, como la anteriormente
comentada de Afganistán, el pudor alcanza una dimensión total,
exige la ocultación total del cuerpo.
Pero esas diferencias no
solo son geográficas, son también históricas: en el antiguo
Egipto, la vestimenta era un signo de poder, de riqueza, no intentaba
ocultar el cuerpo, al contrario, el torso permanecía desnudo de
cintura para arriba y la mayoría del servicio iba desnudo o con
taparrabos. En la Grecia Clásica, es todo lo contrario en lo que se
refiere al hombre, existe un culto al cuerpo y su exhibición, no era
lo mismo en las mujeres patricias. En Roma el pudor gano terreno,
pero en lugares públicos, no así en el baño.
En la América
Prehispánica no existía la idea de pudor, de hecho; Colón a
relatarle a Fernando el Católico, lo que había encontrado decía:
“Tan
dócil y tan pacífica es la gente que juro a sus Majestades que no
hay en el mundo entero pueblo que sea mejor. y aunque anden desnudos,
sin embargo su comportamiento es decente y digno de alabanza”. No
sentían pudor del desnudo, de hecho en sus ritos religiosos solían
ir desnudos. Todo eso cambio con la evangelización y las frecuentes
violaciones por parte de los europeos.
En
Europa, con la llegada de las religiones orientales, el pudor gana
mucho terreno, se siente pudor el enseñar algo más que las manos y
el rostro, las vestimentas se alargan hasta los pies y las mangas son
imprescindible. Con el Renacimiento, las piernas sieguen siendo causa
de pudor, no así el busto que empieza a mostrarse en escotes, y los
antebrazos al acortar la manga.
En
Occidente, cada vez han ido a menos las zonas causantes del pudor,
hoy día hasta las monjas muestran el tobillo sin ningún pudor,
cuando hace poco más de un siglo nuestras abuelas se ruborizaban si
por algún motivo se les veía. Evidentemente, hoy el pudor ha
quedado limitado a los órganos sexuales y algo a los senos.
Creo
que es palpable que el pudor es tan producto de la cultura como la
moda en el vestido.
¿Por
qué sentimos pudor?, porque lo aprendemos a medida que nos vamos
haciendo mayor, primero por la imitación, si la madre se tapa el
cuerpo al salir de la ducha, si se cierra la puerta a la ora de
cambiarse de ropa, si se les dice, no te cambies aquí, cámbiate a
escondidas... Se va creando en nosotros que el cuerpo es algo malo,
que debe ocultarse, al menos los órganos sexuales. Evidentemente,
los hijos de una familia nudista no sentirá inicialmente pudor,
aunque, con posterioridad, la presión, las burlas, los insultos y la
violencia terminan por causarle ese “pudor”.
¿Es
fácil quitarse el pudor?. Sí, tan fácil como quitarse la costumbre
de morderse las uñas, lo digo por propia experiencia, es suficiente
con asumirlo, ir desnudo cuando estás a solas, empiezas a sentirte
cómodo sin ropa, empezar a quitarse la costumbre de cerrar puertas y
cortinas al cambiarse y bañarse, no hacer equilibrios en vestuarios
y baños públicos, sin mucho esfuerzo te ven los de tu casa, te ven
en vestuarios, te ve la vecina... Ya no te incomoda que la gente te
vea desnudo.
¿Que
pasa las primeras veces?. Sobre todo en los hombres existe el temor a
sufrir una erección en caso de encontrarse a una mujer desnuda, no
es así, te aseguro que no pasa nada, además, la erección es algo
natural, no escandaliza a nadie. Yo he ido a una playa nudista y no
me ha pasado nada.
Para
que hacer el esfuerzo. Porque la sensación de no llevar ropa, sobre
todo en el baño, es francamente muy agradable, incluso el hecho de
compartir la no ocultación del cuerpo rompe barreras de
comunicación.
Pero.
Si hay un pero, ojo con los pudibundos, con los enemigos del cuerpo,
su comportamiento es hostil, violento, no solo exigen su derecho a ir
vestidos (algo que por supuesto tienen), también exigen el “derecho”
a que los que están a su alrededor no tengan derecho a ir desnudos.
Lo
sé muy bien por experiencia, tuve la poca fortuna de casarme con una
mujer de una familia muy religiosa, me han hecho la vida imposible.
Cuidado con estás personas, suelen ser cerradas, imposible de
razonar con ellas y, lo peor, muy vengativas.
Como sabes hace tres años estuve malita desde entonces tengo dos grandes cicatrices desde los ovarios hasta debajo del pecho. durante mucho tiempo no me atreví a mirarme, ni a caminar desnuda por casa, algo que he hecho toda mi vida. Max se asustaba y me preguntaba si me dolía... deje de hacerlo, hasta que esos surcos se han ido difuminando, sin darme cuenta hará mas o menos un año volví a mi desnudez. el niño no volvió a preguntarme por el dolor.
ResponderEliminarun abrazo grande esta noche.
Eso me recuerda otro tipo de "pudor", el pudor a la enfermedad: vivimos en una sociedad donde lo ideal es el joven sano, la enfermedad, que nos aleja de ese ideal, mejor ocultarla. ¿Cuantas veces estamos hechos polvo, apenas podemos arrastrarnos hasta un sitio y a la pregunta "Cómo estás" contestamos con un "muy bien, gracias"?. Aunque pensandolo bien, es lo mismo de lo mismo, es ocultar el cuerpo, esconderlo de los demás, en este caso ocultar sus defectos.
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