martes, 7 de agosto de 2012

Cenicienta


Un día de estos os contaré lo de mi primer amor, mientrás, como aperitivo, os dejo una canción suya.

A Isabel le gustaba mucho cantar incluso componía. Tenía una canción que siempre me dio la impresión de que la compuso y la cantaba para mi (posiblemente no era más que un sueño), pero creo que este es un buen sitio para ponerla:

A los quince años puede que crea
en el Príncipe Azul y en Cenicienta,
pero no hay Cenicienta ni zapato de cristal,
ni en la vida perdonan lo que en el pasado esta.

Es que a los dieciséis amor persigues,
pues a los quince todo lo perdiste.

El amor viene y se va,
no lo quieras enjaular,
pues busca la libertad
y volar de aquí para allá.

Otros por las mismas sendas
alimentaron sus vientres
y cuando doblo la esquina,
me sale gato por liebre.

Si algún amor en ti ha dejado huella
y ahora la indiferencia manifiesta
y te amarga la verdad
y por él quieres cambiar.
No lo hagas buen amigo si no es para mejorar.

Es que a los dieciséis no existe el fracaso,
la cicatriz prepara tu embarazo,
porque vamos creciendo poco a poco,
y aunque seamos duros,
lagrimas caen de los ojos.

No cantes victoria hombre,
que la guerra continua,
y has nacido para sufrir,
y ahora estás en la penumbra.

En la ceguera el color no tiene vida,
¡Cuantos están ciegos y en la desdicha!
Picando de aquí y de allá,
esperando impacientes
que el timbre de alarma suene
y alguien un bastos preste,

Que hay que marchar a galope,
huyendo de lo presente,
y aunque estés ciego eres digno
pues otros mirar no quieren.

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