jueves, 6 de septiembre de 2012

Querida soledad







Últimamente la soledad es mi compañera, le he tomado el gusto, es una gran compañera, no te pide nada, al contrario, te da todo, desde luego, mucho mejor que otras compañías. Si la traicionas, si algún día le fallas, no siente celos, su corazón es muy grande, tiene para todos. Si la abandonas, te recibe de nuevo sin recriminaciones, silenciosa, abrazándote. Es inteligente, no la puedes engañar, es tonto mentirle.

La soledad es fértil, está abierta a la creación, te invita a la introspección. Es impúdica, siempre quiere verte desnudo, ella misma se desnuda. Existe, a caso, una intimidad más pura que su compañía. Es una amante fiel, nunca te abandona, Es una amiga, siempre te escucha.

Sin su existencia todo lo bueno se perdería, sin ella perderíamos a nuestro Hidalgo Manchego, sin ella no escucharíamos “Para Elisa”, sin ella moriría el arte mismo. Todo lo bello que ha hecho el hombre está fertilizado por ella.

¡Qué estúpidos somos!, para vivir renunciamos a su amor, para vivir huimos de nosotros mismos. Solo en su compañía podemos de dejar de fingir, solo en su compañía podemos llorar a gusto, solo en su compañía podemos callar, solo con ella podemos tener nuestra propia compañía. Como diría Cioran “Las lágrimas solo son ardientes en la soledad”.

El enamoramiento nace de ella, solo en su regazo sentimos la añoranza del otro, solo con ella sentimos esa pena, esa alegría, ese deseo, esa esperanza, esa desesperación, ese sueño, esa pesadilla... que acompaña al amor, que llena sus horas, sus días, sus años, sus siglos. ¿Lo demás?, ¿qué?, un misero instante.

¿Y a la hora de la muerte?. Qué mejor compañera, firme, inalterable, consoladora, callada... te permite afrontar con lucidez ese momento supremo, no te hace falta interpretar tu último acto, no hay público, tu y la muerte en su única compañía. El querer rodearse de familia, de amigos en esa hora, es por incapacidad de afrontarlo, es intentar descargar en los demás un instante tan intimo.

Por todo ello, te amo.

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