lunes, 10 de septiembre de 2012

LIBRO: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina.




Es la segunda parte de la trilogía “Millenium” de Stieg Larsson. Como la primera, una novela tan larga como su título (771 pag.). De nuevo una buena historia, llena de misterios, para mi gusto, mejor relatada que la primera, el ritmo es creciente, te pica más en seguir leyendo la siguiente escena, lo que hace que sea de lectura fácil. Pero también adolece de los mismos problemas, desde mi punto de vista, del primer volumen. No entiendo el motivo de las casi 200 primeras páginas, los personajes ya los ha presentado, con unas referencias al primer volumen bastaría para que los nuevos lectores se enteren (y tengan ganas de leer el primer volumen), que sentido tiene contar la historia de la protagonista en el Caribe (casi otra novela), no tiene nada que ver con el resto del libro, para mi sobran. En este caso, una vez entrado en el tema no lleva casi historias paralelas, al final tienen algo que aportar a la historia. También en este caso hay cosas que no aportan nada a la historia, por ejemplo; ¿Qué necesidad hay de que detalle todas las compras en Ikea, dando hasta las referencia?, o ¿qué sentido tiene las listas detalladas de la compra?, lo único que se me ocurre es que le paguen las marcas por ponerlo. El final me ha desilusionado bastante, por una parte, en las últimas páginas se saca un montón de datos que dan sentido a la historia, esa especie de acto de magia para explicar todo pare un truco muy de televisión, yo creo que lo elegante es sacar esa relación que teníamos delante de las narices durante todo el libro y que explica el misterio; y, por otra parte, que corta la novela a mitad, así como suena, con todo el descaro, cuando parece todo solucionado, corta el libro y seguirá en el siguiente, es algo que entiendo en los guionistas de una serie, para recuperar a los seguidores en siguiente temporada, pero en un escritor que se precia, me parece vergonzoso.

En resumen, un buen libro para pasar el rato, pero de dudosa profesionalidad por parte del autor,

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