viernes, 16 de enero de 2015

Si insulta a mi madre puede esperar un puñetazo.

Buena frase, ya sé que si afirmo que la madre del Papa es una puta, lo que tengo que esperar es un puñetazo suyo, no lo digo yo lo dice él. Pues yo le digo otra cosa, si él llama puta a mi madre, que no espere un puñetazo, yo soy una persona pacífica, como mucho recibirá una petición de explicaciones, una afirmación por mi parte de que está equivocado, que mi madre era una bellísima persona. De que serviría pegarle un puñetazo a su Santidad (aparte de consecuencias penales), si mi madre fuera una puta, por ello no iba a dejar de serlo, si no lo fuera, que más da, sus palabras, no iban a convertirla en tal. Y es que para ser pacífico hay que tener muy interiorizado la inutilidad de la violencia, en caso contrario tendremos ese seudopacifismo que viene a decir "yo soy el más pacífico del mundo y como lo niegues te suelto un sopapo".

Como se puede ser tan vil (no sé si esperar un puñetazo) al insinuar que los dibujantes masacrados en París se merecían el tiro por insultar a Mahoma. Quizá no se ha parado a pensar que los que mataron a 79 cristianos en Khyber Pakhtunkhwa también se sentían insultados.

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